Dolor
El dolor es una experiencia compleja, altamente individualizada y subjetiva, en la que intervienen componentes sensoriales y emocionales. La complejidad del dolor sugiere que el tratamiento requiere un enfoque integrado y holístico que tenga en cuenta la naturaleza polifacética del dolor (por ejemplo, la diferenciación entre distintos tipos de dolor, la interpretación cognitiva y emocional del dolor, el aprendizaje a través del condicionamiento, la memoria, los factores de protección, así como los factores de riesgo).
Conceptos básicos sobre el dolor
Todo dolor comienza con un estímulo. En el cuerpo tenemos nociceptores que detectan estímulos del entorno interno y/o externo y envían información sobre estos estímulos a la médula espinal y al cerebro. Sólo en el cerebro se crea la sensación y la percepción del dolor.
Cuando sentimos dolor en una zona concreta del cuerpo, se trata en realidad de un proceso de nocicepción - el dolor sólo se produce cuando la cognitiva y emocional interpretamos el estímulo percibido como dolor.
El dolor se define generalmente por:
Ubicación
El dolor puede ser:
Dolor somático (por ejemplo, fractura, quemaduras)
Dolor neuropáticoque se produce cuando hay daños en un nervio periférico o en el sistema nervioso central (por ejemplo, hormigueo, punzadas agudas, ardor).
Dolor visceral que es difícil de localizar y atribuir a una única región corporal (por ejemplo, las personas que han sufrido un infarto de miocardio suelen referir dolor previo en el brazo izquierdo).
Dolor psicológico se refiere a la experiencia de emociones y/o estados emocionales negativos (por ejemplo, ansiedad), estrés y puede estar asociado a recuerdos del pasado
Duración y frecuencia
Dolor agudo se refiere al dolor que dura menos de 30 días
Dolor crónico se refiere al dolor que dura más de seis meses
Dolor agudo recurrente se refiere al dolor recurrente que dura mucho tiempo pero que se produce en episodios aislados de dolor
La diferencia entre dolor agudo y crónico es que el dolor agudo tiene tiene una finalidad protectora para permitir la supervivencia. El dolor agudo nos alerta del peligro, de la presencia de patología en el organismo y de la menor utilidad de las partes del cuerpo lesionadas o enfermas. Cuando deja de sentirse, señala la salida de la patología del cuerpo y un estado de homeostasis restaurada en el organismo. El dolor crónico, en cambio, limita y perjudica gravemente la calidad de la curación del individuo. Si no se trata adecuadamente o sólo se basa en el modelo del dolor agudo, puede volverse más intenso y, en consecuencia, más difícil de gestionar.
La frecuencia se refiere a la frecuencia con la que se experimenta el dolor: ¿el dolor está siempre presente o se produce en episodios aislados?
La causa principal
El tipo de dolor (somático, visceral, neuropático, psicológico) puede dar una idea de sus mecanismos y causas subyacentes.
Intensidad
El individuo puede describir la intensidad del dolor basándose en varias escalas de valoración (p. ej., 0-10, continuo leve-medio-severo...). La experiencia del dolor es muy subjetiva e individualizada (p. ej., dos individuos distintos pueden tener percepciones diferentes de la intensidad del dolor debido a la misma lesión). La intensidad del dolor también puede evaluarse preguntando qué actividades impide realizar al paciente (p. ej., comer, dormir, moverse; Pain, 2002).
Aspectos psicológicos del dolor
Los factores psicológicos desempeñan un papel importante:
en la fase inicial de la experiencia dolorosa (por ejemplo, cómo interpretamos el estímulo; lo asociamos a un recuerdo concreto; creencias sobre nuestro propio umbral del dolor, etc.),
percepción de la gravedad del dolor (por ejemplo, una interpretación catastrófica de un estímulo acompañada de ansiedad),
empeoramiento del dolor (factores psicológicos que empeoran el dolor; por ejemplo, falta de sueño)
mantenimiento del dolor (factores psicológicos que contribuyen al mantenimiento del dolor; por ejemplo, el aprendizaje a través del condicionamiento).
Podría decirse que los factores psicológicos están presentes en cualquier tipo de dolor, ya que es el cerebro o la mente quien interpreta el estímulo como dolor (Pain, 2002).
Algunos factores psicológicos que influyen en el umbral del dolor:
Ansiedad y depresión (Arntz y De Jong, 1994; de Heer et al., 2014)
Estrés (Hannibal y Bishop, 2014; Vachon-Presseau, 2018)
Falta de sueño (Finan et al., 2013; Kundermann et al., 2004,Whibley et al., 2019)
Emociones (Villemure y Bushnell, 2002; Wiech y Tracey, 2009)
Motivación (Navratilova y Porreca, 2014; Porreca y Navratilova, 2017)
Memoria (McCarberg y Peppin, 2019)
Tratamiento del dolor
El tratamiento del dolor no está estandarizado y requiere un enfoque holístico, multidisciplinar e individualizado. Hay varias formas de tratar, controlar y gestionar el dolor:
Tratamiento farmacológico
Procedimientos mínimamente invasivos
Terapias psicológicas (por ejemplo, TCC)
Fisioterapia y terapia ocupacional
Acupuntura y nutracéuticos (=sustancia que tiene efectos positivos y/o cura enfermedades)
Autocapacitación ( educación sobre el dolor y exploración de las propias causas y mecanismos de percepción del dolor)
Técnicas para afrontar el dolor
-
Frotar la zona dolorida activa los receptores del tacto, lo que reduce la sensación de dolor (Monroe, 2009). Es una forma de aliviar el dolor agudo.
-
Experimentar emociones positivas reduce el nivel y la sensibilidad al dolor (Finan y Garland, 2015; Navratilova et al., 2016; Sturgeon y Zautra, 2013).
Younger et al., (2010) han demostrado que mirar una foto de una pareja romántica tiene efectos analgésicos sobre el dolor inducido experimentalmente mediante la activación del sistema de recompensa en el cerebro.
-
Se cree que los baños de sauna tienen efectos analgésicos positivos debido a:
Aumento de la secreción de BDNF(factor neurotrófico derivado del cerebro)
El BDNF estimula el crecimiento de nuevas neuronas y alivia la ansiedad y la depresión Es activo en el hipocampo, el córtex, el cerebelo y el cerebro anterior basal, zonas implicadas en el aprendizaje, la memoria a largo plazo y las funciones ejecutivas.
Se cree que el uso regular de la sauna reduce la respuesta inflamatoria del organismo
Afecta al sistema opiáceo.
Los estudios han descubierto que el uso de la sauna aumenta significativamente la secreción de beta-endorfinas (Kukkonen-Harjula y Kauppinen, 1988; Vescovi et al., 1992).
Activa la dinorfina. La dinorfina es un opioide que provoca una profunda sensación de insatisfacción y/o malestar. Al igual que durante el ejercicio intenso, durante la sauna se liberan altos niveles de dinorfina, lo que provoca una sensación general de malestar al exponerse al calor. Sin embargo, la lucha contra la exposición al calor acaba activando vías (el sistema de endorfinas) que conducen a un aumento de los niveles básicos del estado de ánimo y la felicidad.
-
Se ha informado de que el uso de palabras malsonantes reduce la intensidad del dolor agudo en una medida significativamente mayor desde el punto de vista estadístico en comparación con el uso de otras palabras (Stephens et al., 2009).
-
La atención plena puede ayudarnos a observar sin prejuicios los pensamientos, sentimientos y sensaciones asociados a la experiencia del dolor (Mackey et al., 2022).
-
Utilizar distracciones saludables puede ser un enfoque eficaz para el tratamiento del dolor agudo. Si lo pensamos, experimentamos más dolor por la noche, cuando hay menos distracciones y estímulos.
Algunas técnicas de distracción:
Actividades placenteras (caminar, pasar tiempo en la naturaleza, técnicas de relajación, socializar con amigos, ver una película/serie).
Desplazar la atención de uno mismo a otra persona (por ejemplo, hacer algo bueno por otra persona; llamar a un amigo, etc.)
-
Como la percepción del dolor sólo se produce en el cerebro cuando se interpreta el estímulo, basándonos en nuestra experiencia y conocimientos previos, la clave está en identificar y cambiar las cogniciones y emociones negativas asociadas al dolor. Las técnicas de la TCC son eficaces.
-
El estrés afecta a la intensidad, la frecuencia y el umbral del dolor. Si el estrés se experimenta durante un largo periodo de tiempo, puede provocar una activación crónica del sistema nervioso simpático. La clave está en utilizar técnicas de relajación que influyan en la activación del sistema nervioso parasimpático, durante la cual el cuerpo se regenera. Algunas técnicas:
Técnicas respiratorias
Escuchar música relajante
Meditación
Protocolo NDSR( Descanso Profundo sin Sueño)
-
El dolor está causado por la inflamación del cuerpo, por lo que los alimentos que aumentan la inflamación reducen la energía disponible para el cerebro, provocando fatiga y aumentando la intensidad del dolor. Algunas pautas generales:
Seguir una dieta antiinflamatoria rica en omega-3, verduras, fruta, carbohidratos complejos, polifenoles...
Estabilizar el azúcar en sangre
Consumo de magnesio y zinc
Vitaminas B1,B6,B12, C, D y E
Alimentos ricos en capsaicina (una sustancia picante que se encuentra en los chiles; se ha demostrado que 2,5 mg de capsaicina por porción mejoran el equilibrio energético del organismo; Theoharides et al., 2015).
-
Hay estudios que confirman la eficacia de la acupuntura, pero aún no conocemos todos los mecanismos de acción (Kelly y Willis, 2019; Patil et al., 2016).
-
Una mala calidad y calidad del sueño conlleva un umbral del dolor más bajo (Finan et al., 2013).
Síndrome de dolor regional complejo
El síndrome de dolor regional complejo (SDRC) es una afección dolorosa crónica desencadenada bien por una lesión física o una intervención quirúrgica en una extremidad, bien por un traumatismo. El SDRC afecta más a las mujeres que a los hombres y se presenta en unas 20 personas por cada 100 000 pacientes, en el intervalo de edad de 37 a 53 años (Popkirov et al., 2018). El SDRC se caracteriza por una combinación de inflamación local del organismo y desregulación del sistema nervioso autónomo, que se manifiesta por una disfunción trófica y motora de la parte afectada, y se asemeja mucho a la etiología y la manifestación de los síntomas de un trastorno neurológico funcional.
Criterios de diagnóstico clínico del SDRC, con características que también se observan en el trastorno neurológico funcional.
Dolor continuo que no se corresponde con ningún acontecimiento estimulante,
El paciente debe declarar al menos un síntoma en tres categorías distintas:
Síntomas sensoriales: hiperestesia y/o alodinia
Síntomas vasomotores: asimetría de la temperatura y/o cambios en el color de la piel y/o asimetría del color de la piel.
Síntomas sudomotores/edema: edema y/o cambios en la sudoración y/o sudoración asimétrica.
Síntomas motores/tróficos: reducción de la amplitud de movimiento y/o disfunción motora (debilidad, temblor, distonía) y/o cambios tróficos (pelo, uñas, piel).
En el momento de la evaluación, el paciente debe presentar al menos un signo en dos o más de las siguientes categorías:
Síntomas sensoriales: signos de hiperalgesia (al pinchazo de aguja) y/o alodinia (al tacto ligero y/o a la presión somática profunda y/o al movimiento articular).
Síntomas vasomotores: evidencia de asimetría de temperatura y/o cambios en el color de la piel y/o asimetría cutánea.
Síntomas sudomotores /edem: signos de edema y/o cambios en la sudoración y/o asimetría de la sudoración.
Síntomas motores/tróficos: signos de reducción de la amplitud de movimiento y/o disfunción motora (debilidad, temblor, distonía) y/o cambios tróficos (pelo, uñas, piel).
Ningún otro diagnóstico explica mejor los síntomas
EL GLOSARIO:
Alodinia = respuesta dolorosa a un estímulo indoloro
Hiperalgesia = aumento de la sensibilidad a los estímulos dolorosos
Edema = hinchazón
Actividad sudomotora = cambio de color y/o flujo sanguíneo
-
Arntz, A., Dreessen, L., en De Jong, P. (1994). La influencia de la ansiedad en el dolor: mediadores atencionales y atribucionales. Pain, 56(3), 307-314.
de Heer, E. W., Gerrits, M. M., Beekman, A. T., Dekker, J., Van Marwijk, H. W., De Waal, M. W., ... en Van Der Feltz-Cornelis, C. M. (2014). La asociación de la depresión y la ansiedad con el dolor: un estudio de NESDA. PloS one, 9(10), e106907.
Finan, P. H., Goodin, B. The association of sleep and pain: an update and a way forward. The journal of pain, 14(12), 1539-1552.
Hannibal, K. E., y Bishop, M. D. (2014). estrés crónico, disfunción del cortisol y dolor: una justificación psiconeuroendocrina para el manejo del estrés en la rehabilitación del dolor. fisioterapia, 94(12), 1816-1825.
Kelly, R. B., en Willis, J. (2019). Acupuncture for pain (Acupuntura para el dolor) American family physician, 100(2), 89-96.
Kundermann, B., Krieg, J. C., Schreiber, W., y Lautenbacher, S. (2004). The effects of sleep deprivation on pain. Pain Research and Management, 9, 25-32.
Laukkanen, T., Laukkanen, J. A., en Kunutsor, S. K. (2018). Sauna Bathing and Risk of Psychotic Disorders: A Prospective Cohort Study. Principios y práctica médica. doi:10.1159/000493392
Laukkanen, Jari; Laukkanen en Tanjaniina (2017). Sauna Bathing And Systemic Inflammation. European Journal Of Epidemiology 33, 3.
Leak RK, (2014). Heat shock proteins in neurodegenerative disorders and aging. J Cell Commun Signal 8, 4.
Mackey, S., Gilam, G., Darnall, B., Goldin, P., Kong, J. T., Law, C., ... y Gross, J. (2022). Mindfulness-based stress reduction, cognitive behavioral therapy, and acupuncture in chronic low back pain: protocol for two linked randomized controlled trials. JMIR Research Protocols, 11(9), e37823.
McCarberg, B., y Peppin, J. (2019). Pain pathways and nervous system plasticity: learning and memory in pain. Pain Medicine, 20(12), 2421-2437.
McCracken, L. M., y Turk, D. C. (2002). Behavioral and cognitive–behavioral treatment for chronic pain: outcome, predictors of outcome, and treatment process. Spine, 27(22), 2564-2573.
Navratilova, E., y Porreca, F. (2014) Reward and motivation in pain and pain relief. Nature neuroscience, 17(10), 1304-1312.
Navratilova, E., y Porreca, F. (2014) Reward and motivation in pain and pain relief. Nature neuroscience, 17(10), 1304-1312.
PAIN, C. (2002) Pain management: classifying, understanding, and treating pain (Tratamiento del dolor: clasificación, comprensión y tratamiento) Hospital physician, 23, 1-8.
Patil, S., Sen, S., Bral, M., Reddy, S., Bradley, K. K., Cornett, E. M., ... y Kaye, A. D. (2016). The role of acupuncture in pain management.Current pain and headache reports, 20, 1-8.
Porreca, F., en Navratilova, E. (2017). Reward, motivation, and emotion of pain and its relief. Pain, 158, S43-S49.
Stephens, R., Atkins, J., y Kingston, A. (2009). Swearing as a response to pain. NeuroReport, 1. doi:10.1097/wnr.0b013e32832e6
Vachon-Presseau, E. (2018).Effects of stress on the corticolimbic system: implications for chronic pain. Progress in Neuro-Psychopharmacology and Biological Psychiatry, 87, 216-223.
Villemure, C., y Bushnell, M. C. (2002). Cognitive modulation of pain: how do attention and emotion influence pain processing? Pain, 95(3), 195-199.
Wiech, K., y Tracey, I. (2009). The influence of negative emotions on pain: behavioural effects and neural mechanisms. Neuroimage, 47(3), 987-994.
Younger, J., Aron, A., Parke, S., Chatterjee, N., y Mackey, S. (2010). Viewing Pictures of a Romantic Partner Reduces Experimental Pain: Involvement of Neural Reward Systems. PLoS ONE, 5(10), e13309. doi:10.1371/journal.pone.0013309